artes varias

nanowrimo is here!

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no quiero ni echar cuentas del tiempo que llevo sin tocar este blog… qué desastre. en fin. hace prácticamente un año que no escribo nada, que no cuento nada. y precisamente sobre el acto de contar va esta entrada con la que inauguro lo que espero que sea una nueva temporada de actividad.

quiero hablar de NANOWRIMO, un nombre muy raro que vendría a traducirse como National Novel Writing Mounth: el mes de escribir novelas, para que nos entendamos. comenzó como una actividad limitada a Estados Unidos, donde nació hace diez años como un concurso ‘literario’ cuyo objetivo era conseguir escribir 50.000 palabras en un mes. una década después, el concurso se ha convertido en un acontecimiento internacional, en el que puede participar cualquier persona, escribiendo en cualquer idioma. las normas son muy sencillas: empiezas a escribir el 1 de noviembre y acabas de hacerlo el 30 del mismo mes, llegas a 50.000  palabras y consigues tu acreditación como ‘ganador’. por supuesto, puedes hacer trampas, y comenzar desde cualquier otro proyecto que tengas a medias, pero claro, eso le quita toda la gracia. lo que sí puedes hacer antes es pensar en líneas argumentales, definir personajes, escenarios… todo lo que no sea propiamente escribir.

el beneficio que el escritor obtiene de todo ello, en mi opinión, es escribir y escribir para conseguir la mayor cantidad posible de material ‘en bruto’ sobre el que luego trabajar, superando la tentación de ir corrigiendo prácticamente a cada párrafo, cosa que nos sucede a muchos y que viene a ser uno de los grandes lastres de los principiantes. ¡cómo demonios vas a llegar a 200 páginas si sobre una sola vuelves 30 veces!

NANOWRIMO está pensado para trabajar en bruto… y a lo bruto, porque 50.000 palabras en un mes son muchas palabras (así haciendo un cálculo por encima, lo suyo viene a ser escribir 2.000 palabras cada día con unos cuantos de descanso y de moderada labor de corrección).

por supuesto, nadie espera que con lo que saques del NANOWRIMO te den el Planeta. ni siquiera, que tenga sentido. es solo un principio, y un buen entrenamiento para conocrte a ti mismo como escritor en la práctica.

la inscripcion es gratuita (aunque se puede colaborar mediante la compra de merchandising y la aportación de donaciones) y está abierta en estos momentos para todos aquellos de vosotros que queráis retaros a vosotros mismos.

más info aquí.

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artes varias, lecturas

el libro de aarón

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Soy de gustos difíciles, además de persona poco tolerante con lo que no me llena. Y, además, si es literatura, me tiene que emocionar. Como me emociona la tranquilidad de los poetas norteamericanos de determinada generación, no generación como grupo, sino como rango de edad, que por alguna extraña razón socio-histórica han aprendido a ver y a contar la realidad de determinada forma. Me pasa con Robert Hass, o con determinados poemas de Mills Fox Edgerton. Pero eso es materia de otro post.

A pesar de que soy lectora ávida, este encuentro con un poemario que realmente me llegue, no sucede tanto como yo querría. Quizá por eso, me alegro tantísimo cuando encuentro algo que me gusta, sobre todo cuando es de alguien que me cae cerca. Me pasa habitualmente con Pepe Ramos, con las veces que me hace reír Julio Santiago o cuando Óscar Martín Centeno se me pone mitológico, por mencionar un puñado de ejemplos. Y esta vez me ha sucedido con Aarón García Peña.

En primer lugar, debéis saber que cuando arrostréis esta portada, lo que os vais a encontrar es una colección de poemas de UNA SOLA PERSONA, que, encaramado al andamio del epigrama y la greguería, ha compuesto una retahíla de entradas con cada uno de los pueblos de la provincia de Barcelona. ¿Los habrá visitado todos? A quién le importa, los nombres, desprovistos de significante y con un significado nuevo, son el punto de apoyo de cada una de las imágenes que va desgranando.

Me ha sorprendido muchísimo que Aarón, con su gran dominio técnico, se desmarque de repente con un ejercicio de experimentación como este. Y el resultado es formidable.

Creo que escuchado en alguna parte que se trata de una novedad. En el autor puede, pero en el panorama no es cierto. Solo que los referentes no los vais a encontrar en otros libros, sino en Twitter. Cada poema corto y en prosa tiene todos los ingredientes para ser un ‘poetuit’, tal vez un nuevo tipo de estrofa 2.0 acorde con los tiempos que corren, solo que en el caso de Aarón solo está colgado en las páginas de este libro que os recomiendo encarecidamente.

Por cierto, a ver si os hablo un día de estos de la serenidad de Mills Fox Edgerton y la nostalgia de Julio Santiago.

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