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dieta de control de peso, día 10 y final

El final de la dieta de control de peso no ha venido dado de forma natural, sino provocado por una leve alergia que en principio atribuí a la comida de estos días, y al final ha resultado ser una reacción por contacto con una crema nueva. Sea como fuere, tropezón al final.

No obstante, hubo un momento muy grato ayer, cuando recibí la noticia del premio literario recientemente concedido a Beatriz Russo, la cual dentro de poco nos estará subiendo las temperaturas con su nueva novela.

Ayer terminé por fin de leerme los libros que tenía atragantados desde hacía meses. En primer lugar, Los papeles de Aspern, de Henry James, uno de estos libros pequeñitos que se le atragantan a uno sin saber bien por qué, si al fin y al cabo son pocas páginas y la historia no fluye mal… Pero ocurre. Qué le vamos a hacer. En definitiva, se trata de un cuento que habla de hasta dónde nos puede conducir la ambición y lo mezquinos que podemos llegar a ser sin pensar que lo estamos siendo en lo más mínimo, porque creemos que nos animan causas sublimes. Habla del caso particular de un editor británico, que viaja a Italia en busca de los manuscritos del poeta más grande de todos los tiempos (a saber, Jeffrey Aspern), quien en su día había dejado gran cantidad de papeles a una antigua amante, ahora una anciana acompañada por una sobrina solterona. A lo largo de apenas 125 páginas se narran las peripecias del editor y su relación con las dos mujeres en pos de los papeles de Aspern.

Editor neurótico en busca de best seller, con la vista puesta en la feria del libro.

El segundo es una espesa y decepcionante novela de historia-ficción (dícese del género basado en la suposición y la conjetura sobre la historia realmente acontecida, si tal o cual acontecimiento puntual no se hubiese producido o hubiera acontecido de otra forma, conforme al paradigma de “¿y si…?”). En La conjura contra América, Philip Roth especula sobre la suerte que habría corrido Estados Unidos, sobre todo su población judía, si el aviador republicano y pronazi Charles Lindberg hubiese llegado a la Casa Blanca en 1939. Interesante por su capacidad de introspección, pero decepcionante por su lentitud y densidad, cuando promete ser una novela de intriga intensa y, también, por lo que parece ser una apuesta arriesgada en el tratamiento de la cronología y acaba siendo, en muchas ocasiones, un barullo insufrible o un momento spoiler sin precio ni vergüenza.

En fin, una de cal, otra de arena. ¿Y ahora? Volvemos a Durrell. Oh Egipto, el ancestral calor de Alejandría y las miasmas del Mareotis, con ese regusto a Kavafis detrás de tantos párrafos…

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18 comentarios en “dieta de control de peso, día 10 y final

  1. 😉 Listo, reina. Te había enviado un mensaje de auxilio, porque me he levantado fantástica esta mañana, tengo amigos culés…

    En fin, teniendo a Ghana, no corro peligro.

    P.d.
    Qué mal llevo lo de no beber café…

  2. o sea que es una dieta ideal para hacer en pleno agosto.

    dile a rossi que le perdono la apuesta del barça por ser un madridista exquisito.

    PD: me dais un porculo con las verificaciones al escribir un comentario que no veas. ninguno de nuestros blogs es tan conocido como para que alguien se ponga a hacer spam a cascoporro 😀

  3. En Alianza tenemos bastante del otro Durrell, de Gerald, ameno y fácil y zoólogo y con historias de infancia con su hermano Larry, el que te gusta a ti. Y de lo otro que comentas: estrenaron hace cosa de un año una película que era un documental de ficción sobre qué habrái pasado si el Sur hubiera ganado la Guerra de Secesión. No lo vi pero la idea estaba bien, y creo que la película también. Un beso, Aurora guapa.
    Santi

  4. Sí, chicos tenéis que leer al otro Durrell. Yo me moría de la risa con él y la parodia que hace de su hermano en el libro. Os lo recomiendo.

    Quiero saber más de ese documental.

    No estoy a dieta y me veréis en flotador este verano.

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